Trujillo es un referente de la gastronomía extremeña, también de la historia, de la naturaleza, un lugar bastante interesante para pasar un fin de semana, y mas este, con la famosa feria del queso.
En esta feria se dan cita quesos de muchos lugares y países, desde Holanda hasta Portugal, quesos muy variados desde el de Idiazabal con esa curación mínima de dos meses, hasta Bleu D’ Evèrt, Le petit Dorevael, Charmeur o el Lady Blue, quesos franceses u holandeses que llevan hasta 48 meses de maduración...
Dicha feria, solo es queso, también hay que decirlo, como repito NO me gusta el queso aunque es interesante su mundo, casetas y puestos que sacando unos tickets puedes degustar la infinita variedad de quesos, y por supuesto su respectivos vinos.
Siempre quedan los bares, lugares con interesantes cartas de raciones, donde se puede rematar o donde poder saciar esas ganas de comer y que no sea queso.
Trujillo, referente, cruce de caminos, a muchos sitios, a muchos lugares, como aquel lejano Perú, que su conquistador extremeño tomaba tierra en un ya lejano 1502.
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