miércoles, 20 de septiembre de 2017

FISH & CHIPS DE YUCA.

Si hay una receta típica británica es el famoso Fish & Chips con patatas fritas, es una de esas comidas rápidas (fast food) tan extendidas por todo el Reino Unido, donde como es evidente la receta puede variar en función de cada zona, no es lo mismo como lo hacen en Belfast a como lo hacen en Cardiff...
Bueno, dejando lo británico para ellos, porque indudablemente nuestra gastronomía es mucho mejor, y sin tanta pamplina del "fish & chips", aquí en España se hace un pescaito frito que te mueres.
Yo voy a preparar esta elaboración así, donde si voy a emplear bacalao que es lo que suelen utilizar allí para freir el pescado, pero le voy a rebozar de otra forma, así como también voy a emplear calamar y el toque crujiente en vez de patatas fritas, va a ser yuca, que es mucho mas sana y queda mucho mas crujinte, recomiendo que la probeis, empezamos, estos son los INGREDIENTES:



-LOMOS DE BACALAO DESALADOS (punto de sal son perfectos, no traen espinas).
-CALAMAR ENTERO.
-HARINA INTEGRAL (Si integral).
-HEBRAS DE AZAFRÁN (En su defecto, una pizca de colorante).
-TINTA DE CALAMAR.
-UNOS CUBITOS DE HIELO O AGUA MUY MUY FRÍA.
-ESCAROLA.
-YUCA.

Empezamos haciendo la masa para rebozar el bacalao, es una especie de tempura, donde le ponemos las hebras de azafrán, lo que le cambiará el color y dará un ligero sabor muy agradable a azafrán al bacalao.
Una vez que tenemos la harina con el azafrán, añadimos los hielos, el truco para que nos salga muy bien y crujiente, es que tiene que estar el agua muy fría.




Ahora ponemos en otro bol, harina, los hielos y le añadimos un sobre o dos de tinta de calamar.


Me gusta dejar reposar un poco la masa, además como queda un tanto espesa, cuando se derritan los hielos quedará en su punto justo y además bien fría.
Momento que aprovecho para cortar unas rodajas de yuca (se pela el exterior, es mas duro que la piel de las patatas) e ir friendo en aceite de oliva bien caliente.
Quedan muy crujientes!!!.





Ahora, cortamos en trozos del tamaño que creamos mejor, los pasamos por la masa para que se impregnen bien por todos sitios, y en el aceite donde hemos frito la yuca (pasa igual que cuando freimos patatas, el aceite no se ensucia) a temperatura media-alta freimos hasta que se doren bien por ambos lados.Veremos que con este rebozado, no se mancha el aceite y no coge casi nada de grasa.
Una vez frito los trozos de bacalao, reservamos en papel absorvente.





Y ahora hacemos lo mismo con los calamares, los cuales hemos cortado en rodajas generosas también.Se le puede quitar la piel, pero como este calamar es salvaje y por lo tanto puro sabor a mar, yo se la dejo, así coge mejor también el rebozado.
Aunque pueda parecer que está quemado, que se ha tostado mucho y demás, no.Al tener la tinta hace ese efecto, pero queda super crujiente y de igual forma, no absorve casi nada de grasa al freir.





Y como no tiene mucha ciencia esto, ponemos un puñado de escarola, que siempre le va bien a los fritos algo verde, ponemos el bacalao y el calamar junto con las rodajas de yuca frita crujiente y tenemos nuestro plato de pescaito frito, que diga..."fish & chips" pero a nuestra manera.




ESPERO QUE OS GUSTE, SALUDOS.

lunes, 18 de septiembre de 2017

RAVIOLIS DE CALABACÍN RELLENOS DE MARISCO CON SALSA JÄGER

Mediados de septiembre, en Extremadura todavía el verano está presente y por lo tanto nuestra huerta todavía sigue regalándonos ricos calabacines.
De muchas formas se pueden preparar o emplear los calabacines, pero esta receta que vamos a preparar es exquisita, a la vez que muy sana y por supuesto, muy sencilla.
Son una especie de raviolis que cortamos en láminos, cocemos un poco en vapor, rellenamos con unos mejillones, langostinos y salmón y preparamos una rica salsa muy fina, con un toque de ese licor "jägermeister", que en usos culinarios es muy apropiado también, especialmente en platos de carne, porque su traducción del alemán al español "maestro cazador".
Y vamos con la receta, estos son los sencillos INGREDIENTES:



-Calabacín (que tenga cierto tamaño para que las láminas sean un poco anchas).
-Salmón.
-Langostinos.
-Licor Jägermeister.
-Cebolla.
-Aceite de oliva.

En una olla de estas de vapor, cocemos los mejillones (yo les pongo medio limón).



Mientras, con ayuda de una mandolina hacemos las láminas del calabacín, tratando de que nos salgan todas por igual.


En el agua, donde hemos cocido los mejillones, con todo el caldo y sabor que han soltado, cocemos al vapor el calabacín.No hay que cocerlo, hay que dejarlo muy al dente, si nos pasamos con la cocción luego cuando vayamos a coger las láminas se deshacen y no queda una textura apropiada.Mejor que quede algo duro que blando, porque luego de todas formas, lo marcaremos a la plancha.



Cortamos el salmón en dados, también los langostinos de los cuales reservamos las cáscaras y los pasamos un poco por la plancha, igualmente que no se nos pasen.





Y cuando ya lo tenemos, junto con los cuerpos de los mejillones, reservamos.


En la sartén donde hemos pasado el salmón y los langostinos, pochamos cebolla, y le añadimos un chorro del licor Jäger (es un licor muy fuerte, por lo tanto hay que dejarlo reducir y evaporar muy bien).




A continuación le añadimos las cáscaras de los langostinos.


Cuando ha soltado todo su jugo, pasamos al vaso de la batidora donde vamos a triturar y luego colamos, y así obtendremos la salsa con la que vamos a acompañar este ravioli, una salsa muy sabrosa y muy fina para esta elaboración.



Y ya con todos los pasos hechos, empezamos a montar el ravioli de la siguiente forma, donde le ponemos bien de relleno dentro y cerramos.



Con la plancha bien caliente, marcamos por un lado y otro.



Y ya empezamos a emplatar.




Y así nos queda este exquisito ravioli de calabacín relleno de marisco y con esta salsa tan sabrosa.



ESPERO QUE OS GUSTE, SALUDOS.

viernes, 15 de septiembre de 2017

RESTAURANTE DOURO VELHO (OPORTO I).

Portugal, ese país hermano que poco a poco vamos conociendo y que a pesar de tenerlo ahí al lado, no deja de sorprendernos.Impresionantes rincones donde uno se encuentra con el pasado, donde las sensaciones brotan, donde la vida se detiene o donde para los que usan reloj se retrocede una hora.
Oporto, ese impresionante ciudad a orillas del Rio Duero, donde los 900kms de recorrido del río llegan a su fin para endulzar el Océano Atlántico, dejando a su paso rincones preciosos, a una orilla y otra.
En nuestra visita a Oporto, aprovechamos para conocer lugares donde comer bien y aunque lo difícil es encontrar algún lugar donde no se coma bien, en los tres días que allí estuvimos, visitamos algunos restaurantes, sin hacer mucho caso en verdad a comentarios de esas conocidas páginas de internet donde cada uno cuenta la feria según le va, con conocimientos o sin ellos...

Nada mas llegar, cerca de nuestro apartamento (Porto Vista House/Rua Pilar 167) a ese lado del margen izquierdo del río como es Vila Nova de Gaia, se puede divisar las espectaculares vistas de lo que nos espera por visitar, al fondo Oporto (Porto) y en nuestro Vila Nova de Gaia, son dos ciudades separadas por el río, en la que se puede cruzar andando por su puente Luis I.




Es casi la hora de comer, pero como Portugal es una hora menos eso que ganamos.Aprovechamos para bajar y pasear por esa orilla del río, por donde se ubican las famosas bodegas de Oporto, donde podemos ver esas barcas típicas de madera donde antaño se utilizaban para cruzar y transportar las barricas de vino y licor, los "rábelos".
En dicha avenida, cientos de puestos y una infinidad de establecimientos repletos de gente, donde es difícil elegir porque todos tienen las terrazas llenas.







En esa Avenida Diogo Leite encuentras varios restaurantes, el olor a pescado a la brasa, gigantes jarras de cerveza que ingleses beben en sus terrazas, platos contundentes, empleados que salen a tu reclamo ofreciéndote sus ofertas gastronómicas, algo que en verdad no hace falta, algo que no gusta al cliente y mas aquí, donde la clientela está asegurada en cada restaurante.
Decidimos entrar en uno, en el llamado Douro Velho.
No es el que mas gente tiene, pero entramos.Nos pregunta el camarero que si disponemos de reserva, a lo que le dijimos que no.Nos sentó dentro, es verdad que en la terraza hacía un poco de aire y podía resultar un poco molesto.



Una vez dentro, observamos la decoración, nada de otro mundo, pero si algo mas elegante que la de otros sitios.Donde la limpieza es verdad que era mucha...






Ya en mesa, le pedimos la carta.Como inconveniente he de decir, que los camareros son muy lentos y el servicio también.
Le pido alguna recomendación al camarero y me responde..."tudo aqui é bom".
Con cara de pocos amigos, demasiado serio para un turismo desenfadado y elegante del que presume esta zona, entendí que al ser una ciudad del Norte serán gente de pocas palabras, por lo que sin mas, le pedimos algo de beber mientras decidimos que pedir.








Nos trae las jarras de cerveza y el vino verde, Alvarinho (exquisito).



Pedimos y empieza en pocos minutos el desfile de platos, la tardanza con la que nos atendieron al principio se redujo con la llegada de los platos, que no tardaron mucho, pidiendo estos platos:

-CAMARÂO COM PURÉ DE BATATA DOCE (gambas con puré de patata dulce).


-BACALHAU COM BROA (Bacalao asado con capa crujiente de maiz).


-BACALHAU A MINHOTA (Estilo típico de bacalao frito del norte de Portugal con pimentón).


-VITELA ASSADA À MODA DE LAFÔES (Ternera asada con verduras y al horno).


-POSTRES: SEMIFRÍO DE CAFÉ Y PUDIM DE ABADE.



El puré de patata dulce con gambas, estaba bueno.Nada de otro mundo, pero para un entrante no está mal.
El bacalao exquisito, ración gigante, con un punto perfecto el bacalao tanto uno como otro, exquisito.
-La ternera, teníamos ganas de una ternera "grilhada" pero no había, por lo que pedimos esta.Muy tierna y jugosa, pero para mi no era la mejor ternera del mundo, eso si, platos muy contundentes y mas que generosos.
-El postre, yo casi nunca como postre, pero pedimos para compartir este pudim típico de la zona y el semifrío de café, no estaba malo, pero evidentemente no era casero, un fallo que se repite muy a menudo, porque una comida como el postre no esté bueno, puede desmerecerlo todo.
Momento en el que pedimos "a conta".

Precios nada excesivos, para cantidades de comidas mas que abundante.Calidad muy buena, llamándome mas la atención que las jarras de cerveza (medio litro) sean mas caras que los postres (5€).
Pero no obstante, el lugar, la ubicación, las vistas, el trato y demás, entra dentro de lo correcto, por eso, motivo principal que sea totalmente recomendable este lugar.


No tomamos café, porque íbamos a tomarlo en otro lugar.Paseo por esa orilla, para ir a tomar un café antes de embarcar para ver la belleza de este lugar único.



Y con ese sabor del buen café portugués, con estas vistas tan bellas, el paseo en barco no puede faltar para visitar esta ciudad que tanta influencia tiene con el mar y que en tiempos pasados pudo ser uno de los principales puertos europeos.
Y así, la tarde iba avanzando hasta el atardecer en el Douro portugués, donde la belleza deslumbra de día, de tarde y de noche.